
FRACTURA DE MUÑECA: YESO O CIRUGIA?
Se va el frio del invierno, llega el calor y la gente comienza a estar más tiempo al aire libre. Comienzan a hacer más deportes, a correr más, andar en bici, patines, skate o simplemente hacer caminatas. Este aumento de actividad física en la población conlleva a un incremento del número de accidentes y caídas. Dentro de las lesiones que se pueden producir, las fracturas de muñeca constituyen el grupo más frecuente de fracturas del miembro superior. La muñeca esta constituida en su estructura osea por el radio, el cúbito y los huesos del carpo y cuando hablamos de fractura de muñeca nos referimos principalmente a la fractura del radio en su porción distal, esto es en la parte más inferior del mismo. Antes se consideraba a estas fracturas como un grupo homogéneo que sin tener en cuenta el tipo de tratamiento realizado presentaban un relativo buen pronóstico. Ese concepto ha ido modificándose teniendo en cuenta que las fracturas de extremo distal del radio constituyen una gama muy amplia de lesiones y su tratamiento depende de varios factores como edad del paciente, calidad ósea, actividad física, el tipo de actividad laboral etc., que deben tenerse en cuenta para disminuir al máximo la posibilidad de secuelas y complicaciones logrando una mejor función del miembro.
Las fracturas de muñeca antiguamente eran tratadas con reducción ortopédica, esto es acomodar el hueso fracturado y llevarlo a su posición original y colocación de yeso braquipalmar que va desde el brazo en su extremo más alto hasta la palma de la mano en posiciones forzadas de las articulaciones para mantener la alineación y lamentablemente aún se ve este tipo de prácticas logrando complicaciones que muchas veces requieren un nuevo tratamiento y prolongan la morbilidad del paciente provoncándole molestias y limitaciones durante un tiempo considerable. Estadisticas históricas avalan que son más frecuentes en mujeres y en pacientes de edad avanzada. Hoy en día, este tipo de fracturas no son exclusivas de adultos mayores ya que los traumatismos de alta energía (accidentes de tránsito, accidentes deportivos, accidentes laborales) hacen que éstas fracturas se presenten con más frecuencia en personas jóvenes que requieren de una reducción anatómica para una mejor función evitando secuelas y complicaciones para un rápida reinserción a sus actividades. A su vez en la actualidad las personas de edad avanzada son personas activas que realizan deporte o actividades demandantes por lo tanto el tratamiento debe requerir las mismas exigencias que para las personas mas jóvenes.
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para restaurar la función de la muñeca lo mejor posible, con menos daño colateral y rápida recuperación. Cada médico utiliza la manera más conveniente de acuerdo a su experiencia y resultados obtenidos. Se pueden utilizar clavos, tornillos, placas y tutores externos dependiendo del tipo de fractura, su complejidad, calidad del hueso, lesión de partes blandas, estructuras ligamentarias o lesión de vasos sanguíneos o nervios, asi como también lesión de tendones que pueden limitar la función de la mano. A veces es necesario rellenar con injertos de hueso zonas donde la fractura dejó un espacio vacío debido a la compresión provocada por el traumatismo.
Algunas fracturas son de necesidad quirúrgica obligada y otras, en que no es tan necesario operarlas, pero si muy conveniente, para evitar la utilización de yeso por tiempo prologado y conseguir así una pronta recuperación.
No es una cirugía de riesgo elevado ya que puede realizarse con anestesia regional sin necesidad de administrar una anestesia general con intubación, circunstancia a la cual la mayoría de los pacientes le tienen algo de temor.
Tampoco es un procedimiento que presente frecuentemente complicaciones y menos aún complicaciones severas. Por tanto, la cirugía brinda más beneficios que riesgos, pudiendo el paciente recuperarse más rápidamente y con bajo índice de secuelas.
DR. RICCI DANIEL.
MAT. 13454.
ESP. EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA.
Sanatorio Americano